Ernesto Gutiérrez
Culiacán, Sin.- Quienes transitan por la calle Miguel Hidalgo, entre las avenidas Morelos y Rubí, no pueden evitar sentirse seducidos por el olor a pan dulce que comienza a brotar alrededor de la 1:30 de la tarde. Es el horno del Tío Pepe, que invita a probar uno de sus deliciosos bollitos.
El bar fue fundado por don José Luis Cisneros en 1961, pero lo que lo popularizó entre los culiacanenses fueron los bollitos y el pay de queso, que se elaboran bajo una receta que ha pasado de generación en generación.
“Es una receta de familia que ha pasado de generación en generación. El que creó la receta o el que inició con la receta fue mi abuelo paterno y así han ido de generación en generación. Desde entonces pues siempre el olor de la cuadra ha fascinado a la gente”, explicó su nieto José Luis Cisneros Cuén.
La pandemia ha traído complicaciones y nuevos retos para El Bar del Tío Pepe; así lo reveló Jorge Luis quien lucha por mantener a flote una tradición que se ha mantenido por 60 años y tres generaciones.
“Nos ha pegado muy duro la pandemia a todos, han bajado las ventas. El tráfico de gente al centro ha disminuido muy considerablemente, los espacios de los estacionamientos también los quitaron pero aquí seguimos al pie del cañón queriendo sacar adelante esto”, expresó.
Pese a las adversidades José Luis se mantiene optimista y trabaja arduamente para mantener el mismo sabor que ha mantenido viva la tradición que fundó su abuelo y que conservó su padre.