Reinventando la Política
Desde octubre del año pasado he estado diciendo en este espacio que la próxima elección presidencial de 2024 se parecerá y cada vez más a aquella fatídica de 1994.
En aquellos momentos lo decía por lo siguiente:
-Un presidente con una avasallante acumulación de poder. Así Salinas como López Obrador.
-El presidente contaba con un respaldo popular gracias a sus programas sociales. Así Solidaridad con un remasterizado Bienestar.
-Candidato oficial que no logra prender. Del no se hagan bolas ¡Es Colosio! Estamos en ¿Me van a dejar hablar?
-Una oposición en aquel entonces difuminada. Hasta el día de hoy se ha articulado en la propuesta de Xóchitl Gálvez, pero no sabemos si le alcanzará el ritmo y el aguante del presidente.
-Un ejército sumamente estresado: en el 94 por el cese al fuego en Chiapas, hoy por tener la certidumbre del régimen actual de que sus intereses sigan multiplicándose sin que el Departamento de Estado Americano se entrometa en sus planes.
-El fantasma de Manuel Camacho Solís en la personalidad de su alumno Marcelo Ebrard pidiendo la candidatura para él o lo que es lo mismo reponer el proceso porque Morena ya se parece al PRI. Dicho por el propio Ebrard.
-Chiapas: en el 94 era la tierra donde se buscaba cambiar al sistema y lograr una paz en esos territorios, hoy es disputa por las fronteras de otros grupos armados que nada tienen que ver con cambiar al sistema.
Tucídides decía que las situaciones se presentaran de manera muy similares en el futuro, Marx, Carlos no Groucho, decía que la historia se repite dos veces primero como tragedia y después como farsa.
El problema es que se están repitiendo los hechos y la espiral de violencia avisa tragedia, cada vez más inusitada.
No es fortuito que la Sedena esté ofreciendo seguridad a Xóchitl Gálvez y a Claudia Sheinbaum, en el México bronco a alguien que no le cumplan un acuerdo se puede sentir agraviado y tirar el tablero.
Es lo que se ve. Golpe avisa.
En el 94 hubo mucha tristeza, hubo devaluaciones, no era cierto que estábamos en el primer mundo, la barbarie se dio con todo en la política… esperemos que no pase así.
El problema es que se ven los mismos nubarrones. Es viento negro.