Badiraguato, Sin.- Cuerpos decapitados, camionetas “reventadas”, cientos de casquillos de armas de grueso calibre, equipo táctico similar al de la milicia, cascos para granada de impacto calibre 40 milímetros y hasta un dron quemado, fue lo que se encontró horas después de registrarse un enfrentamiento entre grupos antagónicos en la zona serrana del llamado “Triángulo Dorado” en Badiraguato.
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El olor a asbesto por el desgaste de las balatas de las ruedas de las patrullas invade la escena cuyo aroma se mezcla con el de la sangre seca que mancha el pavimento. Esa sangre que despide un olor a cobre contrasta con el panorama de una hermosa vista de montañas azules y vegetación entre ceniza y verde que coronan el pueblo de Soyotita, cuyo caserío se asoma a la carretera de entre los cerros.
Es la carretera número 24, pero la mayoría la conoce como la carretera a Huixiopa, pero es la que conecta a la cabecera municipal de Badiraguato con Parral, Chihuahua. En el camino hacia el lugar de los hechos Los Noticieristas y autoridades se encontraron con una camioneta color naranja chocada de la parte frontal y atravesada en el pavimento. Se presume que fue abandonada durante la huida en medio del tiroteo.
Se avanza un poco más hasta llegar a Tameapa y más adelantito se aprecia otra unidad, al parecer una Toyota Tacoma totalmente calcinada y tiroteada, abandonada a un costado del carril de oriente a poniente de la citada carretera, pero en el lugar no hay muertos.
Minutos después la caravana de personal del Ejército Mexicano, Guardia Nacional, agentes de la Policía Municipal de Badiraguato, Policías de Investigación del Estado, peritos de la Fiscalía General del Estado y empleados de la funeraria Moreh llegan al entronque con el recién pavimentado camino que conduce a San José del Llano, donde fueron abandonadas dos cabezas humanas. Uno de estas víctimas era un joven de Saucito, Badiraguato, se dijo extraoficialmente.
Un mensaje sanguinario
Junto a un cerco de alambre de púas y sobre un cartón donde está escrito un mensaje de advertencia y las consecuencias de meterse con un grupo delictivo, yacen las cabezas de dos hombres, uno de ellos de aproximadamente 30 a 35 años, pelo corto y bigote poblado, mientras que el otro era de aproximadamente 20 a 25 años, tenía el pelo crecido y usaba frenos en su dentadura.
Por el lugar pasan pocos vehículos. La mayoría de ellos camionetas doble rodado cargadas de mercancía y de pastura para ganado. Los conductores no voltean, ni siquiera por curiosidad, es más, cuando se les pregunta si supieron de algo dicen no saber nada, que ellos estaban dormidos o que no estaban en el poblado más cercano. Tal vez estén acostumbrados a las balaceras de esa región, o tal vez tienen miedo a “hablar de más”.
Luego de dar fe del levantamiento de los dos cráneos, los investigadores en convoy con los soldados se dirigen hacia San José del Llano. Pasan la desviación a Soyotita, pasan el rancho La Boca y más adelante, antes de llegar a San José del Llano donde se encuentra una partida permanente del Ejército, hay una tercera camioneta, una Toyota Tacoma bien blindada y totalmente calcinada con los cuerpos sin vida de las tres víctimas.
El ataque
El punto exacto es en las curvas donde se está construyendo un puente o vado. En ese sitio los policías señalaron que había indicios para asegurar que los de la Tacoma fueron emboscados cuando venían de San José del Llano y tras hacerles perder el control bajo una lluvia de balas, chocaron contra la falda de un cerro donde la camioneta sin control se volcó dando una vuelta completa.
Se presume que tras la volcadura los gatilleros que iban en la Toyota bajaron tirando bala y se enfrentaron por varios minutos, pero fueron superados en fuego al lanzarles una granada de impacto con un lanzagranadas, mejor conocido como “lanzapapas” que incendió la Tacoma y acabaron con la vida de los tres hombres jóvenes.
Uno de los cuerpos quedó tirado en el suelo, en la parte trasera de la camioneta, otro a unos dos metros del cofre de la unidad motriz y el tercero fue localizado en un pequeño barranco a un costado del camino y se presume que tras asesinarlos decapitaron a los dos últimos y sus cabezas fueron trasladadas hasta el crucero de la carretera que comunica a Parral, Chihuahua.
En la zona también se localizaron varios puntos donde el grupo contrario tenía un punto de vigilancia, desde donde emboscaron a los de la Tacoma y utilizaron como trinchera los riscos y laderas para disparar y en donde se encontraron los cientos de casquillos. También se localizaron restos de un dron quemado que presuntamente llevaban los de la Toyota.
Era 590 casquillos los que uno a uno recogieron los peritos. Había calibre 50 para Barret, de AK-47 para “cuerno de chivo”, de R-15, un cuerno con 7 cargadores y una pechera.
Al final, y tras horas de trabajos periciales por parte de la Fiscalía de Sinaloa, todos las evidencias, casquillos y cadáveres fueron trasladados a la capital del estado.
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