México.- Hoy se conmemora el Día Mundial del Parkinson, una fecha destinada a concienciar y sensibilizar sobre esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo.
El preguntar el porqué se celebran el 11 de abril es para crear conciencia sobre esta enfermedad neurodegenerativa y para honrar a James Parkinson, el médico británico que describió por primera vez la enfermedad en 1817.
En esta jornada se busca informar a la población sobre los síntomas, avances en tratamientos y apoyo a los pacientes que conviven con esta condición.
El Parkinson es una enfermedad crónica que afecta el sistema nervioso central, manifestándose principalmente a través de temblores, rigidez muscular y dificultades en la coordinación motora. En el Día Mundial del Parkinson, se destaca la importancia de la investigación médica, el apoyo emocional a los pacientes y la inclusión social de quienes viven con esta enfermedad.
¿A qué edad suele diagnosticarse el Parkinson?
Una pregunta común que surge es esta y según los especialistas en neurología, el Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente el movimiento.
El Parkinson suele diagnosticarse con mayor frecuencia en personas de entre 60 y 70 años. En esta etapa de la vida, los síntomas motores característicos como temblores, rigidez y dificultad para caminar pueden hacerse más evidentes. Sin embargo, existe un subgrupo de pacientes en los que los primeros signos de la enfermedad aparecen antes de los 50 años, siendo conocido como Parkinson de inicio temprano.
Otros factores como antecedentes familiares, exposición a toxinas ambientales y ciertas mutaciones genéticas también pueden influir en la aparición de la enfermedad. Es fundamental realizar un diagnóstico precoz para iniciar un tratamiento oportuno y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Avances y desafíos:
A lo largo de los años se han logrado avances significativos en el tratamiento del Parkinson, desde terapias farmacológicas hasta intervenciones quirúrgicas como la estimulación cerebral profunda. Sin embargo, aún existen desafíos en cuanto al diagnóstico temprano, el acceso equitativo a la atención médica y la lucha contra el estigma asociado a esta patología.
Desde la introducción de la levodopa en la década de 1960, se han logrado avances significativos en el tratamiento de los síntomas motores de la enfermedad. La terapia farmacológica ha mejorado la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles gestionar de manera más efectiva la rigidez, temblores y bradicinesia (bradicinesia es uno de los síntomas cardinales de la enfermedad de Parkinson (EP) y significa la ralentización del movimiento o reducción progresiva de su velocidad (o vacilaciones/paradas progresivas) a medida que continúan los movimientos) asociados con el Parkinson.
Sin embargo, a medida que avanza la investigación, se han desarrollado nuevas terapias que van más allá del control sintomático. La estimulación cerebral profunda, por ejemplo, ha demostrado ser eficaz en casos de fluctuaciones motoras y discinesias inducidas por la levodopa. Asimismo, la terapia génica y las células madre ofrecen prometedoras posibilidades para abordar la enfermedad en su origen
Apoyo a los pacientes y sus familias
A pesar de los avances, el Parkinson sigue presentando desafíos significativos. La progresión de la enfermedad, los efectos secundarios de la medicación a largo plazo y la falta de biomarcadores que permitan un diagnóstico temprano continúan siendo áreas críticas de investigación. Además, la carga emocional y social que conlleva vivir con Parkinson a menudo se subestima, lo que destaca la importancia de un enfoque integral en el tratamiento.
Es fundamental recordar que el apoyo a los pacientes y sus familias juega un papel crucial en la calidad de vida de quienes conviven con esta enfermedad. Desde grupos de apoyo hasta programas de rehabilitación, existen recursos que pueden mejorar el bienestar de los afectados por el Parkinson.
El Día Mundial del Parkinson nos invita a reflexionar sobre la importancia de la solidaridad y la comprensión hacia las personas que lidian con esta enfermedad. A través de la información, la empatía y la investigación, podemos avanzar hacia una sociedad más inclusiva y empática con quienes padecen el Parkinson.
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